La comida coreana, con su amplia gama de sabores audaces y texturas, es un espejo de la historia y la cultura vibrante de Corea. A lo largo de los siglos, esta cocina ha absorbido influencias de sus vecinos, pero ha mantenido su autenticidad y unicidad. La comida coreana refleja la filosofía del yin y yang, buscando el equilibrio en cada platillo a través de cinco colores básicos y cinco sabores fundamentales, lo que resulta en una experiencia culinaria equilibrada y armoniosa.
Los ingredientes fundamentales de la cocina coreana son el arroz, las verduras, y las carnes, especialmente el cerdo, el pollo y la res. El kimchi, una preparación fermentada usualmente hecha con napa y rábanos, es omnipresente en la mesa coreana, ofreciendo un sabor picante y agrio. Las salsas a base de pasta de gochujang, ajo, y jengibre añaden capas de sabor intensas y complejas. La cocción al vapor y el salteado son técnicas populares, preservando la integridad de los ingredientes mientras se mezclan armoniosamente los sabores.
El Bibimbap, un bol de arroz mezclado con vegetales variados, huevo, y carne, ejemplifica la armonía de sabores y colores en la cocina coreana. El Bulgogi, carne de res marinada y asada, demuestra la maestría coreana en realzar los sabores de las carnes. La Sundubu-jjigae, una sopa de tofu sin coagular, pone de manifiesto la capacidad de esta cocina para crear platillos reconfortantes y llenos de sabor a partir de ingredientes sencillos.