La comida peruana es un vibrante entramado de sabores y texturas, resultado de una herencia milenaria y de la confluencia de diversas culturas, como la indígena, africana, china, japonesa y española. Los platos peruanos son un espejo de la geografía diversa del país, reflejando los recursos del mar, la sierra y la selva amazónica. Esta gastronomía ha sido influenciada por antiguas civilizaciones como los incas y diversas oleadas migratorias, creando una simbiosis única y una diversidad culinaria que ha posicionado a Perú como uno de los destinos gastronómicos más importantes del mundo.
La comida peruana se caracteriza por la diversidad y la frescura de sus ingredientes. El maíz, la quinua, el ají y los tubérculos son fundamentales en la cocina peruana. La técnica de la marinada, especialmente en platos como el ceviche, resalta los sabores frescos y ácidos de los ingredientes marinos. El uso del fuego, ya sea en parrillas o en hornos de barro, imparte sabores ahumados y terrosos a carnes y vegetales. Los caldos y sopas son también prominentes, destacando la capacidad de combinar ingredientes para crear platos llenos de sabor y armonía.
El Ceviche, donde el pescado fresco se marina en jugo de limón con ají, cebolla y cilantro, es un plato emblemático que refleja la frescura y simplicidad de la cocina peruana. La Causa Limeña, un pastel frío de papa amarilla sazonada, relleno de atún, pollo o mariscos, demuestra la importancia de los tubérculos en la dieta peruana. Por último, el Aji de Gallina, un guiso cremoso de pollo desmenuzado con una salsa de ají amarillo y nueces, es un ejemplo del equilibrio entre picante y suave que define a muchos platos peruanos.